Llim Tello Flores

No basta que nosotros cambiemos... se necesita algo más...

automotivacion personal no basta

A veces con pequeños detalles se pueden hacer grandes diferencias... A veces una persona puede con sus actos marcar la diferencia y hacer posible que este mundo sea mejor o que nuestra empresa se convierta en el mejor lugar para trabajar y desarrollarnos profesionalmente.

Ver a una persona que se esfuerza por difundir la conservación del medio ambiente o a otra persona que en lugar de pelear busca una solución amistosa o a aquel compañero de trabajo que se queda hasta terminar el informe, muchas veces hace que nos contagiemos con esa actitud y propiciemos un ambiente en el que se respira proactividad y por ende mejores resultados para la comunidad o la empresa que a la larga nos beneficia a nosotros mismos al tener un mejor ambiente para vivir o al ver como nuestra empresa crece y se consolida en el mercado.

Pero para que el cambio sea posible, para que se pueda hacer de este mundo mejor o tener una empresa de excelencia, no basta la acción de una sola persona bien intencionada sino principalmente se requiere que todos los que vemos estos actos realmente tengamos ganas de cambiar o por lo menos nos contagiemos con ese espíritu positivo para que se logren esos buenos resultados.


Si nosotros no tenemos esa voluntad de cambio o ese espíritu de querer mejorar; cuando pasan estas cosas solo nos convertimos en meros espectadores de los actos de otros y no se logra internalizar positivamente estos hechos por lo que en la practica se pierde una buena ocasión para hacer algo distinto o para dar ese giro a nuestra vida o a nuestro negocio que tanto esperamos o queremos.

Se requiere que una persona cambie, si, pero también se requiere que ese acto sea replicado por los que los ven, caso contrario no sirve de mucho para que un colectivo, sociedad o empresa mejore sus índices o progrese o se convierta en algo superior a lo que era. Eso implica que nosotros tenemos que preocuparnos no solo de cambiar nosotros mismos sino también tenemos que ir sembrando en las personas que nos rodean la semilla que les permita ser ellos los que inciten el cambio o sean los primeros en reaccionar positivamente cuando presencien actos motivadores.

El hecho que se requiere tener voluntad para replicar lo bueno que hacen otros lo podemos encontrar frecuentemente en nuestro entorno ya sea empresarial, de estudios o en nuestra ciudad.

Sucede en la empresa, cuando un nuevo gerente quiere implementar las técnicas mas modernas de administración y simplemente los trabajadores no lo aplican, con lo cual muchas veces tiran por la borda toda la inversión que se realiza, solo por el hecho que el gerente no entendió que ese cambio implica cambiar modos de trabajo anteriores que los trabajadores no estaban dispuestos a hacerlo porque ellos se sienten cómodos haciendo lo que hacían siempre aun cuando eso no sea lo mejor para el negocio. Es fundamental atender este hecho para no fracasar en los proyectos que querremos implementar como el gerente de la empresa que señalamos anteriormente.

Sucede en nuestro centro de estudios cuando hay una persona que se esfuerza por estudiar o cuando se escucha a los profesores decir que debemos estudiar porque eso nos servirá después cuando terminemos la carrera, cuando en realidad nada de eso importa porque la mayoría está viendo la forma o las artimañas que debe emplear para poder "plagiarse" el examen y pasar el curso. El objetivo es pasar no importa la forma, solo pasar, aún haciendo cosas que rompen la ética de lo que se supone se debe hacer en un centro de estudios. En este escenario cualquier acto bueno no logrará influir en los demás porque no están predispuestos a aceptar esto como un acto bueno o positivo o normal.

Sucede cuando estamos con nuestros amigos o desconocidos en un determinado lugar y de pronto se levanta una persona mayor para ayudar a otra persona de más edad aún, sea hombre o mujer, mientras los más jóvenes impasibles se hacen los desentendidos o fingen dormir... ¡justo para no hacer eso! Muchos miran con ternura el hecho y piensan porque no lo hicieron ellos, pero otros simplemente no se contagian y continúan y continuarán siendo indiferentes sin que la acción buena que hizo esa persona cambie el mundo.

Finalmente, recordemos que el cómo actuemos va a determinar en gran manera como actúan las demás personas que conforman el grupo al que pertenezcamos pero va a depender de ellos mismos, solo de ellos mismos, de su voluntad interior, si se contagian de positivismo y permiten que juntos mejoremos nuestra empresa, nuestro centro de estudios o de trabajo y, en general, el mundo que nos rodea. De allí la importancia de entender que no basta que seamos buenos sino también que eduquemos a la gente a querer ser buena.