Nuestra Lamas (del 07 al 18 de julio) con todo un pueblo entregado a la tradición: 14 cabezonías agitando todo el ambiente y pandillas masivas recorriendo sus calles y generando remolinos de gente. Con amplia generosidad, ayuda mutua y orgullo de su gente para con los visitantes a sus locales, entregando comida y bebidas gratis a los danzantes; turistas locales y lamistos que viven en Lima retornando en forma masiva para que la tradición perdure.
Nuestro Tarapoto (del 07 al 19 de Julio), luchando a brazo partido para que la tradición no desaparezca por el crecimiento mismo de la ciudad y tratando que las nuevas generaciones vayan a una de las 3 cabezonías y no se contenten con pandillar en las discotecas de moda.
Nuestra Saposoa (del 07 al 16 de Julio), dando ejemplo de que las tradiciones pueden revitalizarse también celebra a los grande y hoy la pasión de la patrona se empieza a sentir en sus calles y la gente va hacia danzar en una de las 8 cabezonías que pasan este año.
Tres ciudades con sus tradiciones que nos dan lecciones que debemos sacar para todos: la tradición puede transformarse en un producto cultural que genere turismo y movimiento económico (los lamistos y saposoinos lo saben muy bien); que tiene que comprometerse a todas las generaciones en esto (los lamistos señalan el camino con su patronita escolar y con la patronita de lamistos en Lima); que a pesar de las viscitudes se tiene que seguir adelante esperando tiempos mejores (los tarapotinos dan fe de esto luchando contra todo para conservar la tradición).
Se ve el apoyo de los gobiernos locales pero falta articular a nivel regional una verdadera promoción cultural que haga de San Martín un destino viviente de turismo y no solo un lugar de paisajes como se esfuerzan en mostrar por estos tiempos. Entendamos algo: visitas una vez una cosa y ya no vuelves... vives la tradición al máximo junto con el pueblo y regresas siempre.
Mientras ello llegue: lamistos, tarapotinos y saposoinos a seguir disfrutando de la tradición sanmartinense.