Llim Tello Flores

He decido navegar hacia Ítaca...


Gracias a uno de los mejores profesores que tuve, encontré este poema que nos inspira a actuar a largo plazo y nos permite cubrirnos de un positivismo fuerte que se convierte en escudo ante los pesares que nos tiene preparado la vida.

Pero también nos dice que no nos apresuremos, que entendamos que cada puerto al que llegamos solo es una parada más para llegar a nuestro destino, a nuestra Ítaca. Que nos convirtamos en Ulises y que a pesar de todo, a pesar de las cosas malas o buenas que tengamos nunca perdamos la esperanza de llegar a obtener lo que queremos.

Y para ello debemos entender que nuestra Ítaca, no es necesariamente un lugar físico o que son cosas materiales, sino que nuestra Ítaca es lo que en secreto deseamos ser, lo que soñamos ser alguna vez cuando éramos niños, es luchar por cambiar el mundo sin dejar entumecer nuestros huesos por el sistema o por las fuerzas del viento que soplan los mares que surcan nuestros barcos y que tratan de llevarnos lejos de nuestra Ítaca.

Espero que luego de leer este poema ustedes también emprendan el camino a su propia Ítaca... Yo ya estoy caminando hacia allá.

ITACA

Konstantino Kavafis (1863-1933)

Cuando emprendas el viaje hacia Itaca
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
A los Lestrigones, a los Cíclopes
o al fiero Poseidón, nunca temas.
No encontrarás trabas en el camino
si se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisita
la emoción que toca el espíritu y el cuerpo.
Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,
ni al feroz Poseidón has de encontrar,
si no los llevas dentro del corazón,
si no los pone ante ti tu corazón.

Ruega que sea largo el camino.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -
entres en puertos nunca antes vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finas mercancías
madreperla y coral, ámbar y ébano,
y voluptuosos perfumes de todo tipo,
tantos perfumes voluptuosos como puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
para que aprendas y aprendas de los sabios.

Siempre en la mente has de tener a Itaca.
Llegar allá es tu destino.
Pero no apresures el viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que ya viejo llegues a la isla,
rico de todo lo que hayas guardado en el camino
sin esperar que Itaca te de riquezas.
Itaca te ha dado el bello viaje.
Sin ella no habrías aprendido el camino.
No tiene otra cosa que darte ya.

Y si la encuentras pobre, Itaca no te ha engañado
sabio como te has vuelto con tantas experiencias,
habrás comprendido lo que significan las Itacas.